Todos tenemos nuestra propia definición de éxito. Aunque muchas personas lo miden principalmente en términos de dinero y riqueza,  hay otras mediciones. Por ejemplo, algunos  valoran la libertad de pasar tiempo con su familia, otros la capacidad de ayudar a los necesitados, otros lo ven con respecto al desarrollo profesional. ¿Te identificas con alguna de éstas? Estoy seguro  que cualquiera que sea la definición, en esta habrá un conjunto básico de rasgos del carácter que son comunes a todas las personas de éxito.

En un conjunto diverso de amigos exitosos con los que he trabajado en los últimos años,  he visto de primera mano que no son solo millonarios a nivel empresarial sino también a nivel personal, familiar y espiritual. Cada uno de ellos siendo diferente, comparten la mayor parte del mismo ADN cuando se trata de los rasgos que los hacen  exitosos. A medida que leas las capacidades de mis amigos exitosos, te invito a que te evalúes cuántos de estos  aplicas en tu vida y los que no, que debes modificar para aplicarlos.

La capacidad de autocontrol: este es posiblemente el rasgo más importante cuando de carácter se trata, para ellos es prioritario ser personas confiables y predecibles y lo han logrado eliminando de su vocabulario la palabra “tratar”. Es trascendental este cambio ya que tratar es mentir, lo cual no va en la dirección del éxito. Cuando ellos dicen sí, es si y no, cuando es no. Son contundentes en sus expresiones.

La capacidad de enfoque: ellos han identificado cuál es su propósito y están enfocados en lograrlo. Sobresale la claridad que manejan, lo que les permite no desviarse, han dejado a un lado el síndrome del “todero”, el cual se refiere a aquellas personas que quieren hacerlo todo, es decir, saben en que concentran sus acciones.

La capacidad de tomar acción: a esto se le llama coraje y  es la habilidad de actuar ante la presencia del miedo. La acción se antepone a este. Muchos también lo llaman fe.

La capacidad de influencia: tienen la posibilidad de impactar el comportamiento de otro sin hacer uso de la fuerza física o el poder que tienen o que da la posición, lideran con base en el ejemplo. Reflejan la frase que dice: “tus acciones hablan tan alto, que no puedo escuchar lo que me dices”. 

La capacidad de ambicionar: tiene que ver con la facultad de soñar en hacer algo en grande; las razones varían pero la determinación no. Son obsesivos con formas creativas de obtener su propósito, el objetivo no es trabajar duro, es el compromiso personal de hacer más que cualquier otro en la búsqueda de hacerlo realidad, persiguen su sueño permanentemente.

La capacidad de ser extraordinarios: los exitosos están constantemente queriendo ser mejores, son sus mayores  críticos, nunca están satisfechos; siempre creciendo y aprendiendo. Saben que para lograr el éxito necesitan hacer lo extra que la persona ordinaria no hace. Trabajan por ser la mejor versión de sí mismos.

La capacidad de agradecimiento: tienen claro que el principio del éxito está en ser agradecidos, viendo el lado positivo en cada situación, propiciando una actitud positiva. Enfoca en lo que se tiene no en lo que falta. Entienden el concepto que todo aquello por lo que se agradece, se multiplica.

Estos son algunos de muchos otros rasgos que tienen en común las personas de éxito, considero, son los fundamentales. Anímate a incorporarlos en tu comportamiento y hacerlos un hábito. Yo ya lo hice, me considero exitoso y agradezco por ello. Todos podemos serlo y me gustaría seas uno más.