Creencias erróneas sobre la felicidad

A continuación, te hablaré acerca de algunas de las creencias erróneas que, por muchos años, han tenido poder en nuestra vida para robarnos la felicidad. Debemos identificarlas, a fin de quitarles el poder que tienen sobre nosotros. Recuerda tomar nota, esto te ayudará a evaluar lo que necesitas modificar.

Cuando vivimos experiencias desagradables, tendemos a generalizar y exagerar de modo que nos predisponemos para darnos una nueva oportunidad. Al momento de vivir algo similar, debido a que la experiencia pasada fue negativa, creemos que la situación se repetirá.

Por ejemplo, si tuviste una relación con un hombre que te fue infiel, generalizas diciendo la famosa frase: «Todos los hombres son iguales». Así que exageras pensando: «A mí siempre me sucede esto». Cuando das inicio a una nueva relación, entras predispuesta y con miedo. Es importante que sepas que esto afecta tu estado emocional.

Debemos tener cuidado, ya que esta creencia errónea puede limitarnos de una manera contraproducente. Al generalizar, automáticamente ubicas a todos en una misma categoría. Algunos ejemplos de esto son:

  • Todos los políticos son iguales.
  • Todos los hombres son machistas
  • Todas las mujeres son interesadas.
  • Las personas adineradas son más felices.

¿Tienes en mente alguna vez que hayas generalizado o exagerado? ¿Cómo podrías ser feliz teniendo estos pensamientos limitantes que te dicen todo el tiempo que lo malo siempre te sucederá a ti y que todas las personas son iguales?

Son muchas las personas que tienden a tener una mala opinión sobre sí mismas, generándoles limitaciones a nivel personal, profesional y relacional. Esto se ve reflejado en una baja autoestima, falta de confianza en sí mismas e inseguridades.

Si alguna vez has tenido de manera inconsciente pensamientos limitantes como: «Soy muy tímido para hablar en público» o «No creo que sea capaz de conseguir el dinero para empezar ese negocio», presta atención, pues sin darte cuenta, te estás subestimando.

Otras creencias muy comunes son: «Estoy muy viejo para empezar de nuevo», «Estoy muy viejo para aprender», «Soy muy gorda», «Soy muy flaca», «No tengo la suficiente estatura».

Una baja autoestima te impide ser consciente de todas las capacidades y cualidades que tienes y, como consecuencia, vives infeliz.


Una baja autoestima te impide ser consciente de todas las capacidades y cualidades que tienes y, como consecuencia, vives infeliz.

Por lo general, nuestra mente hace una de dos cosas:

  1. Recordar
  2. Imaginar

Examinemos la primera: «Recordar».

Recordar = Pasado

Pasado = Culpable

Culpable = Víctima

Cuando recordamos, traemos a nuestra mente sucesos del pasado. Esto lo hacemos con la intención de buscar a quien culpar por las situaciones negativas que atravesamos. En algunos casos, pueden ser otras personas, como nuestros padres, amigos o también nosotros mismos. Esto nos convierte en víctimas, lo cual nos impide ser felices.

No conozco a una persona que viva como víctima y se sienta bien emocionalmente. Una de las mejores definiciones que he escuchado para la palabra «depresión» es: «Exceso de pasado». Esto quiere decir que, si vives recordando experiencias negativas, lo más probable es que siempre te sientas deprimido.

Examinemos la segunda: «Imaginar».

Imaginar = Futuro

Futuro = Miedo

Miedo = Parálisis

Cuando nos imaginamos el futuro, casi siempre lo hacemos con temor a lo que pueda suceder. En la mayoría de las veces, visualizamos nuestro mañana de forma negativa. Por nuestra mente nos pasan pensamientos como:

  •         «¿Y si mañana me enfermo?».
  •         «¿Y si me despiden del trabajo?».
  •         «¿Y si no tengo dinero para pagar mis cuentas?».
  •         «¿Y si mi pareja me es infiel?».
  •         «¿Y si me faltan mis hijos?».

Podría escribir toda una página con este tipo de declaraciones negativas. El peligro de esto es que imaginarme mi futuro de esa forma me genera miedo, y el miedo tiende a producir dudas en mí y paraliza mis acciones. Una de las mejores definiciones que he escuchado para la palabra «estrés» es: «Exceso de futuro». Existen muchas personas que por esta razón viven enfermas emocionalmente.

Ahora, haz un alto y realiza el siguiente ejercicio: Cierra los ojos e imagina algo negativo. De inmediato, sentirás cómo cambian tus emociones. Si te imaginas que no vas a poder pagar el alquiler, que perderás el trabajo o que le puede suceder algo a tu familia, sentirás miedo o tristeza por algo que no ha sucedido. Esta es una práctica que usan algunas escuelas de actuación.

La felicidad y Dios

La consecución de la felicidad es un tema establecido por Dios. Es más, Él mismo nos manifiesta que desea que alcancemos nuestras metas y lo hace en muchos pasajes de su Palabra. Aquí te muestro un versículo que nos afirma que Dios entiende que tenemos planes y que esperamos alcanzar metas:

Seguro que cada uno de nosotros anhela «un futuro y una esperanza». Por lo tanto, todo esto tiene que ver con nuestro bienestar y con nuestra felicidad.


Conocer y tener siempre presente que Dios nos ama y sus planes son los mejores para nosotros, nos ayuda a encontrar la paz y el bienestar que necesitamos, de manera que podamos desarrollar nuestra felicidad.

El principio de la transformación está en conocernos a nosotros mismos. Luego de leer este capítulo, te invito a que hagas un autoanálisis de los tres aspectos que son los principales causantes de tu infelicidad. Ahora, ¡te reto a que juntos trabajemos en tú transformación!
Nestor Ochoa
Master Practitioner en PNL